Uno de los hábitos más comunes de las embarazadas es acariciar al bebé tocando su guatita con frecuencia. Algunas creen que este simple acto de cariño es capaz de conectarlas aún más con el pequeño; mientras que otras sienten que es una forma de estar más cerca del bebé.
Lo que estas embarazadas aún no saben es que el bebé sí reacciona a dichas caricias. Investigadores de la Universidad de Dundee, en Escocia, descubrieron que los bebés responden al tacto en una etapa mucho más precoz.
El estudio mostró que los bebés tuvieron más respuestas cuando las madres hacían masajes en su vientre. Se vieron movimientos de brazo, cabeza y boca cuando la madre tocaba su abdomen.
Se usaron ultrasonidos 3D en tiempo real para el análisis de este comportamiento de bebés durante el segundo y el tercer trimestre de gestación. La conclusión de la investigación revela que estas respuestas a la estimulación en la guatita ocurren más temprano de lo que se pensaba.
En el segundo trimestre, el bebé demuestra reacciones al sentir las caricias. Esto sucede porque en este período de gestación, buena parte del sistema nervioso ya está formado. El bebé puede incluso reconocer sonidos externos. La investigación también sugiere que los pequeños se sienten más a gusto y sensibles al tacto de su madre y padre que con extraños.
Masajear tu guatita mientras va creciendo, es un gran estímulo para el bebé. Y con el tiempo, tendrá la percepción de este cariño externo. Es también una buena manera de hacer que el pequeño comience a dar las primeras patadas. Esto normalmente ocurre entre la 20.ª y 24.ª semana de gestación.
Cuanto más la familia interactúe con el bebé, sea pasando la mano en el vientre, conversando o cantando, más familiar y agradable será el ambiente (y la vida) que le espera después del nacimiento.
Fuente: VIX
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