Una de las cosas que más disfrutaba durante el embarazo, era acariciar la guatita. Especialmente después del segundo trimestre, cuando ya se notaba que venía mi hija en camino. Y es que se siente muy lindo saber que dentro de ti se está creando una nueva vida; que desde antes de nacer ya te ha robado el corazón.
Acariciar la guatita o tocarla con suavidad es algo que se siente bien. Pero, ¿sabías que esas caricias que le haces a tu guatita también le gustan a tu bebé? Un estudio nos lo demuestra.
Investigadores de la Escuela de Psicología de la Universidad de Dundee en Reino Unido realizaron un estudio. El objetivo fue analizar cuál era el comportamiento del feto al escuchar la voz y sentir el tacto de sus madres.
Para llevar a cabo el estudio, se contó con la participación de 23 mujeres embarazadas. 10 en el segundo trimestre y 13 en el tercer trimestre. Todas entre las semanas 21 y 33 del embarazo. Se utilizaron sonografías y registraron los movimientos de los bebés al hablar las madres y acariciarse la guatita.
Se encontró que los fetos mostraban más movimientos de brazos, cabeza y boca cuando las madres solían acariciar la guatita. Mientras que los movimientos disminuían cuando ellas hablaban. Además, los bebés que estaban en el tercer trimestre mostraron más respuestas a dichos estímulos en comparación con los apenas estaban en el segundo trimestre. Esto podría reflejar el proceso de maduración del sistema nervioso.
En general, el estudio comprobó que el toque materno en la guatita es un estímulo muy poderoso. Este produce diferentes respuestas en el comportamiento del bebé.
Es cierto que cada día se descubren nuevas cosas que cambian lo que pensábamos, pero no dejemos que eso nos desanime. Podemos continuar haciéndolo, especialmente si nos causa ilusión. Nos sirve a quienes estamos afuera porque podemos ir creando un vínculo emocional con el bebé.
Acerca de que los movimientos se reduzcan cuando “escucha” la voz materna, quizás (es solo teoría mía) eso se deba a que cuando las embarazadas le hablamos a nuestra guatita lo hacemos con cariño. Le transmitimos esa tranquilidad emocional a nuestro bebé, logrando que se relaje él también.
Con estos resultados podemos sentir aún más lindo al acariciar la guatita y hacerlo frecuentemente. Ahora sabemos que a nuestro bebé también le gusta sentir nuestras manos.
Fuente: Bebés y más
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