Los linfomas han visto una revolución en su tratamiento gracias a los avances terapéuticos recientes. Estas innovaciones están proporcionando nuevas esperanzas y opciones para los pacientes que luchan contra esta enfermedad.
Los linfomas son tumores malignos que se desarrollan en las células del sistema linfático. Este sistema incluye los ganglios linfáticos, el bazo, el timo, las amígdalas y la médula ósea. Existen varios tipos de linfomas, siendo los más comunes el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin.
Uno de los avances más prometedores en el tratamiento de los linfomas son los anticuerpos biespecíficos. Estos anticuerpos pueden actuar sobre diferentes mecanismos al mismo tiempo. Esto permite controlar la enfermedad por más tiempo y aumentar la sobrevida en pacientes con recaídas.
La terapia con células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T) ha mostrado resultados prometedores. Este tratamiento implica extraer células T del propio paciente y modificarlas genéticamente. Luego, se reintroducen en el cuerpo para atacar el cáncer. Esta terapia ha demostrado ser efectiva en pacientes con linfoma B difuso de células grandes (LBDCG).
Los trasplantes de células madre también han mejorado significativamente. Con nuevos métodos para recolectar y preparar estas células, los trasplantes han incrementado su efectividad. En algunos casos, se usan trasplantes autólogos, que emplean las células madre del propio paciente.
Además, se han desarrollado nuevos medicamentos de quimioterapia con mayor eficacia y menos efectos secundarios. Ejemplos de estos medicamentos incluyen la bendamustina y el pralatrexato. Estos fármacos han sido aprobados recientemente y están proporcionando nuevas alternativas de tratamiento.
La Dra. Anna Sureda, jefa del departamento de hematología y del programa de trasplante de células hematopoyéticas del Instituto Catalán de Oncología, destacó avances importantes. Según ella, los nuevos tratamientos han mejorado significativamente la sobrevida de pacientes que no respondían a terapias previas. Esto representa un gran avance en la lucha contra los linfomas.
El diagnóstico temprano del linfoma puede marcar una gran diferencia en el tratamiento y pronóstico. Los signos y síntomas pueden incluir el crecimiento, generalmente indoloro, de uno o varios ganglios. También se presentan fiebre alta persistente, pérdida de peso involuntaria y sudores nocturnos. Otros síntomas incluyen picazón persistente, cansancio, tos y falta de aire.
Los nuevos avances terapéuticos están transformando el tratamiento de los linfomas. La comunidad médica continúa desarrollando tratamientos más efectivos y específicos. El objetivo es mejorar la calidad de vida y la sobrevida de quienes enfrentan esta enfermedad.
Fuente: Bariloche Digital
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