Llegó el gran día: tu fuente se rompió la fuente y las contracciones son cada vez más fuertes y menos espaciadas. ¡Sabes que estás a punto de convertirte en mamá y tu bebé va a nacer!
Por supuesto, quieres seguir al pie de la letra todo lo que has aprendido en libros, cursos y también los consejos que te dieron tu mamá, tu abuelita y hasta tu mejor amiga.
Sin embargo, ¿te has puesto a pensar qué está haciendo tu bebé mientras el día del parto llega? No, no está dormido esperando a que la naturaleza y tú hagan todo, él también se está preparando para el alumbramiento.
Si las condiciones son adecuadas para que tu hijo nazca por parto natural y tu médico no te ha mencionado nada sobre una cesárea, tu bebé estará acomodado boca abajo, con su cabeza sobre tu pelvis.
Horas antes del nacimiento, el pequeño se nutre adecuadamente para resistir todo el trabajo de parto. También comienza a producir una gran cantidad de endorfinas, para disminuir el dolor que pueda sufrir su cuerpo y el de su mamá.
Acomodado en la pelvis de la mamá, el bebé empieza a hacer movimientos con la cabeza que ayudan a dilatar el cuello del útero, algo esencial para que se abra el canal de parto. ¡El bebé está haciendo un gran trabajo!
A medida que las contracciones se vuelven más fuertes e intensas, el bebé empieza a segregar sustancias denominadas catecolaminas para aumentar su resistencia. También produce endorfinas que le ayudan a sentir menos dolor y estrés.
Cuando la mamá comienza a pujar, el bebé intenta girar un poco sobre sí mismo para encontrar el mejor camino hacia afuera. Esto lo hace mediante los diferentes planos de Hodge (término que utilizan los obstetras para dividir la pelvis desde el estrecho superior hasta el estrecho inferior) hasta que por fin saca la cabeza.
En el tiempo que tiene antes de salir, en los descansos entre cada contracción, el bebé practicará la respiración. Desde la semana número 32 ya tuvo una “práctica” similar, aunque no precisamente utilizaba sus pulmones para respirar mientras está en tu vientre.
Desde antes de nacer, tu pequeño ya identifica tu voz y tu aroma, así como las voces de las personas más cercanas a él (papá, abuelos, hermanos); así que estará escuchando todo lo que ocurra durante el parto.
Justo después de dar su primer bocanada de aire, lo primero que reconocerá es tu voz y tu aroma. Por ello es tan importante que en cuento tu bebé haya sido revisado y esté limpio, lo acerquen a ti.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mantener a los recién nacidos sin complicaciones en contacto piel con piel (CPP) con sus madres durante la primera hora después del nacimiento, para prevenir la hipotermia y promover la lactancia.
Fuente: VIX
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