Cuando nace un bebé, a menudo nos pasa (y es demasiado normal), que sentimos que nuestra vida gira en torno a satisfacer las necesidades del recién nacido.
Al principio vivimos esta nueva configuración experimentando lo nuevo de ser madre, de convertirnos en una para nuestro bebé. Sí, porque con cada hijo nace una madre. Siempre somos primerizas porque siempre somos, por primera vez, madres de ese hijo en particular.
Cada hijo necesita cosas distintas. Aunque universalmente y lo básico de la llegada al mundo es la necesidad de cuerpo de mamá, de leche y de brazos. Generalmente ambas van juntas. Hay bebés que duermen más, otros menos. Bebés que toman más o menos leche, bebés que piden más o menos brazos; pero en general, necesitamos todos lo mismo cuando nacemos.
Sin embargo, cada bebé es distinto dependiendo de su temperamento. Esto tiene que ver con los sentidos, las necesidades y las formas. El temperamento es único y varía incluso entre hermanos.
Cuando escucho hablar de “bebés de alta demanda”, pienso en que todos los bebés son de alta demanda. Y que finalmente es uno la que va moldeando su temperamento, sensaciones propias y deseos, para acoplarse al temperamento del bebé. Nuestra expectativa es importante ahí, porque creer que todo será como antes, en términos de tiempo, espacio, sueño, vigilia, etcétera, es imposible. Todo cambia y está bien.
El término “bebé de alta demanda”, es un término acuñado por el Dr Sears. El pediatra estadounidense vio en su hija algunas características peculiares que la hacían distinta a los otros bebés. El término lo utiliza para poner nombre a cierto tipo de temperamento, que parece ser que pide más que otros niños.
Los bebés de alta demanda serían algo intensos, con mucha energía en cada gesto. Parecen listos para la acción en todo momento. Se mueven sin mediar consecuencias y se enojan con mucho ímpetu también. Aman el movimiento; los bebés de alta demanda también se mueven mucho más que otros bebés y aceptan estar en brazos siempre y cuando puedan moverse libremente.
Piden mucha atención y presencia. Según el pediatra, esto desgasta la energía del cuidador porque requiere constante mirada e intervención. Siempre tienen hambre; comen tantas veces que da la impresión de que no tienen saciedad. Sin embargo, no comen solo por hambre, sino que para tranquilizarse y sentirse mejor.
Luego de ordenar las características del término, siento que realmente todos los bebés pueden llegar a ser de alta demanda si estamos maternando sin contención. Por ejemplo, si tenemos más hijos y el bebé me pide más de lo que puedo dar. Por eso es muy importante poder pedir lo que necesitamos.
Tomarnos tiempo para hacer cosas no-bebé. Contar con alguien que nos cuide a nosotras también (nuestra pareja, una amiga, nuestra mamá, etc.) es muy importante. No podemos nutrir a nuestros hijos emocionalmente si nadie nos nutre a nosotras; tiene que ser una cadena.
Cada bebé tiene su forma, su temperamento y hay forma de adaptarse a ellos regulando el nuestro. Los profesionales de la salud emocional contamos con herramientas de medición de temperamento, que permiten conocer mejor a tu bebé e incluso acoplar tu temperamento al de este. De esta forma, sentir que si bien es siempre un desafío y es agotador, puedes con esto. Pide ayuda si te sientes abrumada o cansada. Estamos acá para ayudarte.
Cuéntanos, ¿tienes un bebé de alta demanda?
Escrito por: Varinia Signorelli
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Hola, si lo tengo tiene 7 meses y es muy desgastante, estoy estresada al borde del colapso. He buscado muchas alternativas con el bebe pero nada le gusta, llora, se irrita, quiere estar siempre a mi lado.