Hay algunas diferencias entre los alimentos recomendados y desaconsejados en el embarazo y durante la lactancia. Hoy nos vamos a centrar específicamente en la lactancia materna. Y vamos a repasar las recomendaciones acerca del consumo de café e infusiones durante la misma, ya que genera muchas dudas a la nueva mamá.
A lo largo del embarazo y la lactancia, el organismo de la madre sufre múltiples cambios fisiológicos. Y los nutrientes que llegan al feto, y después al recién nacido, lo hacen a través de la placenta. Y posteriormente a través de la leche materna. Por lo que la madre debe tener especial cuidado en estos periodos para no transmitir sustancias que resulten nocivas al organismo del feto y del recién nacido en formación y en crecimiento.
– El café puede consumirse durante la lactancia, pero con moderación, debido a la cafeína que contiene. Grandes dosis de cafeína (más de 300 mg. al día) pueden producir irritabilidad, temblores, hipertonía e insomnio en el lactante.
– También hay lactantes que con menos dosis tienen irritabilidad. La madre valorará la conveniencia de disminuir o no la ingestión de café si esto sucede.
– Debemos tener en cuenta que el tiempo medio de eliminación de la cafeína, de pocas horas en adultos, puede llegar a los 3-4 días en recién nacidos.
– Además, el consumo de medio litro o más de café al día se ha relacionado con anemia. Y déficit de hierro en madre y lactante. Además, con el fenómeno de Raynaud del pezón en la madre lactante.
Como sabemos, el té también contiene cafeína. La recomendación es similar. Se puede consumir, pero con moderación. Este es un cálculo aproximado del contenido medio de cafeína por taza.
– Café: 60-80 mg.
– Té: 20-30 mg.
– Té verde: 15 mg.
– Chocolate: 5-10 mg.
A pesar de que el té contiene menos cantidad de cafeína que el café, es aconsejable durante el embarazo y la lactancia hacer un consumo moderado, ya que se ha descrito contaminación frecuente del té por plomo, cadmio, aluminio, manganeso y contaminantes bromados (PBDE).
Al ser tan variadas las posibilidades de consumo y existir tantas diferencias entre sus propiedades y efectos, debemos tomar ciertas precauciones en su consumo. Y para ello aquí damos unas recomendaciones muy claras y útiles.
Hay infusiones cuyo consumo durante la lactancia, si se realiza de forma moderada, no presenta riesgo para la misma. Por lo que son las que solemos recomendar los profesionales en este periodo, también por sus propiedades beneficiosas.
– Manzanilla: digestiva, antiinflamatoria y sedante leve
– Tilo: antitusígeno, tranquilizante suave
– Tomillo: antitusígeno y expectorante
– Menta: dispepsia, flatulencia
– Melisa: digestiva, sedante leve
– Jengibre: digestivo, antiemético y antiinflamatorio
– Las que no se recomiendan durante la lactancia. Como poleo-menta, hinojo y anís.
– Debemos asegurarnos de que provienen de una fuente fiable y leer el etiquetado.
– Existe la creencia que algunas plantas pueden actuar como galactogogos. Es decir, que aumentan la producción de leche materna. Pero esto no se ha podido demostrar científicamente. El mejor estímulo para aumentar y mantener la producción adecuada de leche materna es la lactancia a demanda frecuente y realizada con una técnica adecuada.
Debemos desterrar la idea generalizada de que todo lo natural es inocuo. Debemos tener presente que la mayoría de los medicamentos provienen de extractos de plantas. Y también multitud de venenos.
Los efectos perjudiciales de una infusión, van a depender, además del tipo de planta que utilicemos en su preparación, de la cantidad consumida. Y de la concentración de la misma. Por ello, siempre es recomendable la moderación.
Fuente: NATALBEN
Ingresa tus datos para recibir toda la información necesaria: