El estudio de las células madre tiene bases en las múltiples propiedades de la célula antes de que adopta una forma definitiva. Y esta capacidad que tienen las células madre de convertirse en otras células, viene muy bien para los tratamientos contra el cáncer.
A continuación se hará énfasis sobre la naturaleza de las células de madre. Y cómo es su inserción en los tratamientos contra el cáncer.
De acuerdo con la American Cancer Society, las células madres son capaces de producir los 3 tipos principales de células sanguíneas. Los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Todas estas células son importantes para que podamos mantenernos con vida.
Los glóbulos rojos transportan el oxígeno de los pulmones a todas las otras células del cuerpo. A su vez, movilizan el dióxido de carbono de las células para que sea exhalado por los pulmones.
Por otro lado, la función de los glóbulos blancos es la de combatir las infecciones ocasionadas por bacterias, hongos y virus. Existen dos tipos principales de glóbulos blancos, los neutrófilos y los linfocitos.
Y por último, las plaquetas son las células que sellan los vasos sanguíneos dañados. Y contribuyen a la coagulación de la sangre, factores importantes al momento de detener una hemorragia.
En el contexto de los tratamientos con cáncer, las células madre son utilizadas para restaurar la médula ósea que fue perjudicada o destruida por el cáncer o el tratamiento de quimioterapia.
Los trasplantes de células madre ocurren cuando la cantidad de radiación es tal que la médula ósea deje de producirlas. Las células madre trasplantadas reemplazan las células anteriores y cumplen exactamente las mismas funciones que aquellas.
De esta manera queda demostrada la importancia que tienen las células madre en los tratamientos contra el cáncer. Tienes a tu disposición esta opción de tratamiento anticancerígeno que puede ser muy beneficiosa para la recuperación de esta enfermedad.
Fuente: laopinion.com
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