Un grupo de investigadores estudiará cómo testear nuevas terapias genéticas y celulares para devolver la visión o frenar su pérdida en pacientes con distrofia de retina.
Una nueva investigación analizará con detalle las mutaciones genéticas que provocan algunas distrofias de retina (DR). Esta es la principal causa de ceguera hereditaria en países desarrollados.
Son un grupo heterogéneo de patologías hereditarias que afectan a 1 de cada 3.000 personas. Las mismas provocan una pérdida severa de visión en niños y jóvenes.
La finalidad de este proyecto es testar nuevas terapias génicas y celulares para devolver la visión. O frenar su pérdida en pacientes para los que, actualmente, no hay tratamiento.
Para ello, el primer objetivo de la investigación impulsada por la Fundación IMO es obtener células madre a partir de un organismo adulto (células iPS), en este caso, de biopsias de la piel del propio paciente.
Estas células son reprogramadas después en células retinianas. Ellas permitirán tanto el estudio funcional de las mutaciones de las distrofias de retina, como el análisis de la eficacia de nuevas herramientas terapéuticas.
Para obtener las células iPS, los investigadores introducirán en las células de la piel en cultivo factores de reprogramación celular. Esto provocará la eliminación de la información que determina su función.
Posteriormente, las cultivarán con factores de crecimiento para obtener células precursoras de la retina (no tan especializadas como los conos y los bastones).
“Las células iPS son el primer paso para poder reproducir de forma muy fiable la retina del paciente en un medio in vitro”.
De esta forma, se podrá estudiar en el laboratorio un modelo muy aproximado del ambiente de la retina. Lo cual es parecido a una biopsia.
Algo que es imposible de obtener de forma “natural”, ya que la retina es un tejido que no se regenera.
Además, este proyecto prevé ensayar terapias génicas aplicando la técnica CRISPR. Esta consiste en reparar la secuencia de ADN alterada que provoca una determinada enfermedad genética, en este caso, una DR.
La tecnología CRISPR es conocida como el “corta y pega genético”. Se trata de uno de los descubrimientos con mayor potencial actual y futuro.
Según apunta la doctora Esther Pomares, investigadora principal del proyecto:
“Las células iPS representan un importante avance respecto a las técnicas utilizadas hasta ahora. Son el primer paso para poder reproducir de forma muy fiable la retina del paciente en un medio in vitro. Lo que es crucial para poder estudiar este tipo de enfermedades genéticas”.
Una vez reprogramadas las células epidérmicas en células precursoras de la retina, el equipo de investigadores de Fundación IMO se propone examinar cómo la mutación que provoca la distrofia afecta, concretamente, al funcionamiento de la célula.
Según la investigadora Pomares:
“Podremos saber, por ejemplo, si la mutación provoca que el gen tenga un efecto dañino sobre la célula o bien si, simplemente, ha hecho que el gen deje de cumplir su función. Este dato puede ser determinante a la hora de decidir, en un futuro, si aplicamos terapias que sustituyan el gen o bien que lo reparen, sin añadir otro”.
Si el estudio demuestra que esta terapia testada in vitro funciona, corrige y es segura para frenar la pérdida de visión, se abrirá la puerta a su futura aplicación en pacientes.
Asimismo, se sentarán las bases para la terapia celular, que consiste en implantar células sanas en los tejidos afectados.
Con esta técnica el paciente recuperaría visión (mientras que con la terapia génica solo se frena su pérdida). Sin embargo, al tratarse de una terapia “más compleja”, se reservaría a los casos más avanzados.
El proyecto consta de un equipo de 6 investigadores de Fundación IMO y tres oftalmólogos del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO).
Son liderados por la doctora Esther Pomares y por el doctor Borja Corcóstegui, especialista en retina.
Cuenta con el apoyo de Fundación Bancaria “la Caixa” y tiene una duración prevista de 3 años.
En este periodo se espera poder analizar y experimentar con nuevas terapias a partir de células de entre 7 y 10 pacientes con DR.
Estos pacientes cuentan con un estudio genético previo. Se lleva a cabo con una nueva herramienta de genotipado masivo diseñada por el equipo de Fundación IMO. Esta permite conocer la causa genética de la distrofia que les afecta.
Fuente: ConSalud.es
Ingresa tus datos para recibir toda la información necesaria: