Quien diga que la maternidad es fácil, es porque no ha pasado por ella. Las responsabilidades pueden llegar a ser abrumadoras y generar estrés.
No obstante, es importante que como mamá sepas que estás haciendo tu mejor trabajo. Y que sepas que hay cosas “malas” que le pasarán a tu bebé, pero no debes sentirte culpable por ello, pues eso no significa que no lo cuides bien y mucho menos que no lo ames.
Antes de aprender a ir al baño, es muy probable que tu bebé se roce con el pañal, pues su piel es más delicada que la de los adultos.
En ocasiones las rozaduras se vuelven inevitables, así que es mejor tener una pomada especializada para calmar la irritación.
El hipo es bastante común en los recién nacidos y puede deberse a que el aire ingresa cuando se está alimentando. Aunque es molesto, suele desaparecer al cabo de unos minutos.
Algunos pequeños experimentan dolor estomacal después de comer. Esto es porque su guatita se llena de gases.
Para evitarlo, no le des leche fría. Y es conveniente inclinar la mamadera para que no trague aire. Sin embargo, es normal que los cólicos se presenten de vez en cuando.
Es normal pensar que tu bebé llora demasiado, pero es importante recordar que esta es la manera en la que se comunican, así que solo está intentando transmitir sus necesidades, las cuales deben ser atendidas.
Al igual que los adultos, los niños también tienen días difíciles donde no tienen apetito. Si no tiene más síntomas y es algo esporádico, puedes considerarlo como algo normal.
Los recién nacidos suelen perder del 5 al 8% de su peso durante la primera semana de vida, lo que es completamente normal. No obstante, es importante acudir con el pediatra para que este se mantenga al tanto de estos cambios.
No es raro que tu bebé tenga algunas noches donde esté inquieto y no pueda dormir. Esto tampoco debe hacerte sentir culpable, siempre y cuando sea algo que ocurre solo de vez en cuando.
Los vómitos también pueden aparecer en los bebés, en especial después de comer. Esto puede deberse a que comió de más o muy rápido. Solo se debe acudir al médico si vomita varias veces en un mismo día.
El sistema inmune de los pequeños está en desarrollo. Y por lo tanto, es posible que padezca gripes o infecciones leves que le causen fiebre y otras molestias. Por ello es probable que su doctor le recete algunos medicamentos. Sin embargo, debes saber que no es tu culpa que esto pase.
Los recién nacidos suelen expulsar caca que es prácticamente líquida y no siempre es color café. Puede tener un tono verde amarillento. Esto se debe a su alimentación, que es únicamente leche materna o de fórmula.
Al igual que el resto de las personas, los bebés pueden tener moquitos frecuentemente. Lo único que debes hacer es extraerlos con una pera de goma que los retirará sin lastimar su naricita.
Las caídas en los pequeños son normales, en especial cuando están aprendiendo a caminar. No te preocupes si esto pasa, solo asegúrate de que no tenga una lesión de gravedad.
Así que no tengas miedo si alguna de estas cosas pasa, estás haciendo un excelente trabajo como mamá.
Fuente: VIX
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