La crianza con calma solo puede entregarte beneficios a ti y a tus hijos, ya que rebaja las presiones que te impone la sociedad. Y para que lo entiendas mejor, te voy a explicar un poco a qué apunta la crianza con calma.
La reflexión es inherente al ser humano. Cuando reflexionamos, nos estamos tomando un tiempo de conexión con uno mismo. Y en ese espacio, logramos encontrar respuestas de cómo enfrentar cualquier situación.
Estar en calma es estar atento y observar el comportamiento de tu hijo. Est, es fundamental para entablar una relación afectiva y segura con ellos.
Este ítem se traduce en ser amigable contigo y darte espacios para, tal como dice la palabra, cuidarte. Cuando te cuidas a ti desde el embarazo, también permites cuidar a tus hijos y decidir entorno a lo que consideras que es mejor para ellos.
Por ejemplo, cuando estás embarazada, el autocuidado va de la mano de alimentarse en forma saludable, descansar, hacer ejercicios en la medida que te lo permite tu cuerpo, desarrollar un entorno armónico, alejarte de aquellas relaciones de personas que no te aportan o solo quieren sacar provecho de ti.
Y cuando creas este espacio para ti, comienzas sincrónicamente a cuidar de tu bebé. Esto a través de las mismas acciones internas que generas contigo. Asimismo, tomas decisiones de cuidado. Por ejemplo, informarte y decidir por resguardar la salud de tu hijo mediante la medicina regenerativa.
Para luego tomar acción con el fin de que las emociones no te embarguen y termines creando situaciones o teniendo actitudes que te saquen de tu equilibrio. Es muy común en el embarazo y en la crianza que las emociones aparezcan, porque estás todo el tiempo enfrentando situaciones nuevas de aprendizaje tanto para ti como tu familia.
Con estos 4 ejemplos comenzarás a comprender la importancia de criar con calma. Aplícalos y ve los resultados. ¡Te sorprenderás! Y si te queda alguna duda, puedes encontrar mayor contenido y consejos en Revolución Mamá.
Escrito por: Pamela Saldaña
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