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Cuidados esenciales durante la lactancia materna

Categoría: Crianza

Cuando estamos embarazadas, una de las primeras cosas que nos vienen a la cabeza y queremos saber de qué se trata es la alimentación del bebé. Las madres que optamos por la lactancia materna, motivadas por los beneficios que le genera a ambos, siempre tenemos dudas. Muchas veces preguntamos a nuestras cercanas y nos encontramos en historias que quisiéramos vivir y otras no tanto.

Por esta razón hemos querido hablar sobre un tema que muchas veces no se toca directamente y que no confiamos a cualquier especialista, porque de opiniones hay mucho. En este post leerás algunos puntos que no te contaron sobre la lactancia materna y que es importante que tengas en cuenta.

Todo sobre la lactancia materna

¿Duele?

La bajada de la leche es una sensación de pecho más pesado, pero no duele. Cuando baja la leche se siente el pecho lleno. Se sienten cosquilleos y aumentan de volumen también. Algunas personas sienten que aumenta un poco la sensación de temperatura. Pero no tendrás fiebre (y si esta aparece, recuerda siempre consultar).

Dar de mamar no duele, lo que se siente es un leve pellizco dentro de los primeros 15 días aproximadamente. Casi siempre cuando el bebé comienza la toma y se pasa a medida que avanza en el vaciado. Si existe dolor es porque el acople no es el adecuado y eso depende de muchos factores que es buena idea revisar con tu matrona.

Los pezones se mantienen sensibles durante el posparto hasta que las hormonas comienzan a estabilizarse y descender. La mastitis es común pero no le pasa a todas las personas. Si sientes dolores y el pecho se afiebra o se pone rojo, también debes consultar.

Cómo se portan los bebés

Los bebés pueden estar somnolientos los primeros días. Es buena idea optar por la libre demanda porque hará que tu hijo esté más tranquilo. Esto debido a que sabrá que tiene lo que necesita cuando lo requiere. El pecho a libre demanda se aconseja porque es alimentación y además sostén para la llegada a este mundo nuevo. Todas las sensaciones van apareciendo nuevas para ellos y en tanto va madurando el sistema nervioso, va a ser capaz de integrarlas mejor.

Antes de la maduración, va a necesitar brazos y acunes de mamá con mucha frecuencia. Y la leche para saciar la sed, el hambre, el sueño y para calmar todo lo que vaya apareciendo que pueda generar displacer.

Que tu bebé cuente con el pecho cada vez que lo necesita es beneficioso para su desarrollo en general y genera un vínculo importante. Verás cómo tú también te sentirás capaz de calmarlo con tu cuerpo. Es una sensación indescriptible, aunque fluctuante.

Se siente muy bien, a veces

Vas a darte cuenta que en ocasiones dar de mamar va a ser muy placentero y confortante. Otras veces en cambio es probable que te sientas abrumada por la responsabilidad que esto requiere y las renuncias que hacemos las madres cuando queremos y podemos cuidar de un hijo. Además de postergar muchas veces nuestras propias necesidades y vida social o trabajo, podemos sentirnos muy cansadas físicamente.

Esta sensación de ahogo y desagrado que a veces aparece es completamente normal y fluctúa. Hay veces que nos abruma y otras que nos encanta pero nos cansa. Todas estas emociones en torno a la lactancia son normales y van apareciendo cual marea.

La compañía

Por eso que sortear las aguas de la maternidad acompañada para contenernos en los momentos de necesidad es muy importante. Las cosas no son siempre color de rosa. Como en todas las cosas, hay matices; y lo único y más importante es estar rodeada de la gente que nos quiere, nos cuida y acepta tal cual somos.

Las mujeres cuando estamos en etapa de lactancia materna necesitamos de otras mujeres que ojalá estén en la misma sintonía para juntarnos y poder retroalimentar experiencias. Hablar de lo lindo y de lo cansador, normaliza todo y nos contiene de verdad.

Además, hoy en día hay muchos mitos y pensamientos en torno a la lactancia materna; por lo mismo escucharemos muchas recomendaciones y pensaremos en lo que queremos o no queremos hacer. Creo que en esta etapa, en vez de ir al choque, debemos escuchar, sonreír y desechar lo que no sirve.

No es el momento para que hagas cambiar de opinión a la familia extensa, o para que reeduques a la tía lejana. Es una etapa en la que tú debes sentirte plena con tus decisiones y convicciones, que seguro serán siempre en torno a lo más importante que se ha presentado en tu vida que es tu hijo. Confía en tu instinto y disfrútalo.

Escrito por: Varinia Signorelli

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