Guardar las células madre mediante la criopreservación; que consiste en la congelación a -196 °C de células o tejidos para detener su edad biológica por tiempo indefinido, ha abierto un mundo de posibilidades médicas.
Entre ellas, contar con una herramienta eficaz para enfrentar ciertas enfermedades; y una alternativa para personas que deben someterse a tratamientos que afecten su capacidad reproductiva.
Además, se ha convertido en un camino eficaz para mujeres que desean postergar la llegada de los hijos por distintas razones no médicas.
Guardar las células madre hematopoyéticas provenientes de la sangre del cordón umbilical, mediante la criopreservación, hace posible tratar más de 90 enfermedades. Así lo indica Alejandro Guiloff, director médico del banco de células madre VidaCel; quien nombra, entre muchas otras patologías, la leucemia, linfoma y el mieloma.
Se obtienen, señala, en el momento del nacimiento; y cuando se corta el cordón, “en lugar de desecharlo, este se pinza y de esa forma se conserva el contenido del cordón y se guarda esa sangre. Ni la mamá ni el bebé se ven afectados por este procedimiento”.
En medicina reproductiva, la criopreservación permite congelar óvulos o espermios de pacientes antes de alguna cirugía o tratamiento que perjudique su fertilidad; como puede llegar a ser una quimioterapia o radioterapia en la zona pélvica.
La ginecóloga Lorena Pardo, de SGFertility Clínica de Salud Reproductiva en Chile, explica que en un principio esta técnica partió como una alternativa principalmente para ese tipo de pacientes. Pero en la actualidad ha aumentado mucho la criopreservación reproductiva motivada por causas sociales. Es decir, por mujeres que desean postergar la maternidad.
“Conscientes de que el reloj biológico no espera, ellas criopreservan óvulos para mantener su potencial reproductivo. Gestar a futuro sin tantas probabilidades de pérdidas o hijos con alguna patología; ya que a medida que aumenta la edad se afecta no solo la cantidad de óvulos, sino también la calidad de 14 ellos”. Así lo advierte la facultativa.
La especialista señala que entre los variados motivos para postergar la llegada de un hijo están los laborales, académicos; y hasta deseos de viajar o esperar tener una pareja adecuada.
“La edad promedio del primer hijo se ha postergado mucho. No es para nada extraño que mujeres de 30 o 31 años no tengan la maternidad en sus planes de corto plazo”, agrega.
E indica que el procedimiento para las que quieren esta opción implica una estimulación del ovario mediante medicamentos; y el retiro, dos semanas después, de entre 12 y 15 óvulos. Esto mediante un procedimiento rápido por vía vaginal, visión ecográfica y sedación profunda.
Luego de evaluarse en laboratorio, dichos óvulos se congelan a -196 °C hasta que se requieran. Cuando se toma la decisión de usarlos, se recurre a la fertilización in vitro y se introducen al útero.
“Si la paciente quiere embarazarse y aún está en una edad temprana, siempre le sugiero que primero lo intente en forma espontánea”. Así puntualizó la doctora Pardo.
Fuente: La Hora Mujeres
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