Las contracciones son una de las cosas que más nos asustan a las embarazadas. Nos preocupa saber si aguantaremos el dolor, nos preocupa saber reconocerlas a tiempo, pero también creer que son cualquier otra cosa y hacer el ridículo en urgencias. Por eso es muy importante conocer los tipos de contracciones que hay y aprender a distinguirlas.
No, no es el momento del parto. Las contracciones empiezan mucho antes, incluso puedes tener ciertas contracciones sin estar embarazada, como ocurre durante la regla.
El órgano culpable de las contracciones es el útero y no empieza a funcionar en el momento del parto. A lo largo del embarazo, se va preparando para el gran día, entrenando, como los deportistas.
Además, el útero realiza muchas funciones durante el embarazo. Por ejemplo, debe facilitar la circulación de la sangre por la placenta y por el músculo uterino, y unas pequeñas contracciones pueden ayudar a ello. También, las contracciones ayudarán a borrar el cuello del útero para que el bebé puede encajarse bien para salir.
El tono es la menor presión registrada entre contracciones.
Es el aumento de la presión intrauterina en cada contracción.
Hasta que no alcanzan los 10 mmHg, es raro que las sintamos y las de entre 25-30mmHg ya se consideran dolorosas.
Grado 0: Hasta 15mmHg.
Grado +: De 15 a 25mmHg. Suelen durar menos de 30 segundos.
Grado ++: De 30 a 50mmHg. Duran unos 45 segundos.
Grado +++: Más de 50mmHg con una duración de 60 segundos.
El número de contracciones sufridas en 10 minutos.
Es el tiempo entre los picos de dos contracciones.
Se calcula como la multiplicación del valor de la intensidad por la frecuencia.
Se dan en la primera etapa del embarazo y continúan hasta la semana 28 aproximadamente.
Intensidad: 2-4 mmHg. (No las sientes).
Frecuencia: Baja.
Son contracciones localizadas en pequeñas aéreas del útero. Suelen ser consecuencia de los movimientos del bebé.
Intensidad: Menos de 10mmHg.
Muy parecidas a las locales, pero pueden producirse por movimientos del bebé o por esfuerzos o movimientos de la madre.
La función de estas contracciones es entrenar al músculo uterino para el parto y comenzarás a sentirlas en el sexto mes de embarazo.
Intensidad: 10-15 mmHg.
Frecuencia: 1 cada hora.
Duración: Entre 30 y 60 segundos.
Pueden aparecer unos días antes del parto e indican que el momento está por llegar. Su función es la de madurar y ablandar el cuello del útero.
Intensidad: 20-30 mmHg.
Frecuencia: Irregular cada 5-10 minutos.
Duración: 15 – 20 segundos.
Su función es dilatar el cuello del útero para facilitar el nacimiento del bebé.
Intensidad: Progresan de 30 a 60 mmHg.
Frecuencia: Aparecen a intervalos regulares, (cada 5 minutos o menos) y a medida que el cuello se ensancha irán subiendo a unas 3-5 cada 10 minutos.
Duración: Entre 60 y 90 segundos.
A estas alturas ya sabrás que el parto no acaba cuando nace el bebé, hay que expulsar la placenta. Las contracciones de alumbramiento se encargan de eso. Aunque siguen siendo dolorosas y frecuentes, o son mucho menos que las anteriores.
Aparecerán entre 10 y 25 minutos tras nacimiento y detendrán al expulsar la placenta.
Estas contracciones son muy peligrosas ya que pueden provocar un parto pretérmino. Son mucho más fuertes y dolorosas que las otras contracciones previas al parto. De hecho, se parecen a las contracciones de parto.
Si notas contracciones dolorosas y rítmicas antes de la fecha prevista del parto, debes acudir a tu médico para que te ayude a frenarlas con fármacos. Seguramente te indique mantener reposo.
Sobre todo al principio del embarazo, no sentirás dolor alguno. Tal vez notes algo raro que nos sepas distinguir. Pues bien, si en ese momento te tocas la tripa y la tienes más dura de los normal durante unos 30 segundos, es probable que sea una contracción.
Existen muchos motivos, muchos de los cuales, naturales, como ya hemos visto, para sentir contracciones. Pero también otros que no van relacionados con el trascurrir natural del embarazo y que puedes controlar para no tener más contracciones de las necesarias.
Cuando realizar esfuerzos físicos como correar, andar rápido o cualquier actividad física, es probable que sientas algunas contracciones.
Aquí entra el estrés laboral, discusiones o cualquier otra situación que te cause estrés emocional.
Las infecciones vaginales y uterinas puede provocar contracciones del útero.
Sobre todo cuando somos primerizas, son asustamos por todo, pero también nos da vergüenza que piensen que somos unas hipocondríacas, aunque si sientes alguna de estas cosas, no debes dudar en acudir a tu centro de salud.
– Sientes más de 24 contracciones diarias, que duran más de 40-50 segundos y no desaparecen al descansar.
– Notas contracciones intensas y regulares antes de la semana 37.
– Cualquier esfuerzo te provoca contracciones regulares.
Fuente: Maternidad Fácil
Ingresa tus datos para recibir toda la información necesaria: