La mayoría de las mujeres tiene estrías en el embarazo. Se trata de pequeñas lesiones en la piel que resultan del aumento de volumen que sufren todas las mujeres durante la gestación. Esto unido a una falta de elasticidad en la piel. Siguiendo nuestros consejos podrás reducir, e incluso evitar su aparición. Y si ya las tienes, toma nota de los tratamientos más apropiados para eliminarlas.
Las estrías son líneas o surcos que aparecen en la piel cuando esta es sometida a cambios bruscos de volumen. Por ello, son frecuentes en los embarazos. Aunque también se presentan cuando una persona engorda rápidamente o se modifica el volumen de la masa muscular (como en el caso de los culturistas).
Al principio, las estrías presentan una tonalidad roja o rosácea. Y con el tiempo se vuelven más estrechas y se presentan blanquecinas o nacaradas. Por lo general, miden entre uno y tres centímetros de largo, y entre uno y cinco milímetros de ancho. Las estrías no producen dolor ni molestias.
Durante el embarazo la piel se estira con el aumento de volumen que experimenta el cuerpo. A consecuencia de ello, se produce la rotura de las fibras de colágeno y elastina de la dermis provocando la aparición de fibrosis en forma de una pequeña cicatriz: la estría.
Los cambios hormonales que tienen lugar durante la gestación también favorecen la aparición de las estrías. La producción de colágeno se altera. Y por ello, en la mujer las estrías aparecen en etapas tan condicionadas por las hormonas como la pubertad, el embarazo y la menopausia.
Asimismo, otro factor a tener en cuenta es la naturaleza propia y el tipo de piel. Así como la predisposición genética de cada persona. Las pieles secas y claras son más propensas a las estrías, ya que la dermis se fisura con mayor facilidad si se encuentra poco hidratada.
Las zonas donde se presentan las estrías son: el pecho, el vientre, los muslos y las caderas.
Fuente: Webconsultas
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