Durante el embarazo, la hormona oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, desempeña un papel fundamental en múltiples procesos. Esta hormona no solo facilita el parto, sino que también fortalece el vínculo emocional y apoya la lactancia.
La oxitocina es clave para las contracciones uterinas necesarias durante el trabajo de parto, asegurando un nacimiento seguro. Además, esta hormona estimula la producción de leche materna, creando una conexión física y emocional con el bebé.
La “hormona del amor” ayuda a formar un vínculo profundo entre madre e hijo al reforzar sentimientos de protección y apego. Este efecto emocional fortalece la relación durante el embarazo y en los primeros años de vida del bebé.
Conocer cómo actúa la oxitocina ayuda a valorar los procesos únicos que hacen del embarazo una experiencia transformadora. Esta hormona no solo apoya el bienestar físico, sino que también nutre la conexión emocional, enriqueciendo la experiencia de la maternidad.
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