En la actualidad varios países han implementado políticas públicas que buscan evitar la cesárea cuando esta no sea necesaria. Por otra parte, sí existen casos en que es una intervención necesaria que beneficia tanto a la mujer como al bebé al momento del parto.
Pero, ¿qué tanto sabemos sobre esta operación? ¿Conocemos las razones por las que se practica? ¿Sabemos los riesgos? ¿Y su duración? Para que no te quedes con dudas, hoy contestamos estas y más preguntas sobre la cesárea.
El médico recomienda ir a cesárea cuando la mujer o el bebé están en riesgo de sufrir contraindicaciones en el parto. Estas son las razones por las que suele recomendarse.
Los tumores, miomas, fibromas u otras anomalías pueden obligar a programar una cesárea.
Cuando la placenta se sitúa entre el feto y el orificio del cuello uterino impide la salida del niño por el canal vaginal. La verdadera placenta previa se diagnostica al final del embarazo y puede ir acompañada de pérdida de sangre.
Una posición transversal obliga a la cesárea. No así la podálica (de nalgas) que dependerá de la decisión de cada ginecólogo.
Si el bebé tiene un peso de 1,5 kg o menor, es probable que no sea lo suficientemente fuerte como para sobrellevar un parto vaginal.
La causa más común del sufrimiento fetal es la falta de una cantidad adecuada de oxígeno al bebé. Este es uno de los factores claves que se mide en la monitorización.
De acuerdo con los riesgos que puedan surgir, la madurez fetal y la posición del bebé, el profesional puede indicar una cesárea.
Aquellas que desaconsejen un parto vaginal como por ejemplo una cardiopatía o preeclampsia.
Un desgarro del útero puede conducir a una hemorragia en la madre e interferir con el suministro de oxígeno del bebé.
Las operaciones de esta envergadura suelen tomar una hora aproximadamente. Puede llevar más tiempo en aquellas mujeres que ya han tenido una cesárea o una cirugía abdominal previa.
El tiempo de recuperación varía de acuerdo con cada mujer y cada cesárea. En general, se recomienda un reposo en el hospital de 48 horas que puede extenderse. Por otra parte, la recuperación a nivel físico suele tardar aproximadamente 6 semanas.
Años atrás las mujeres recibían anestesia general. Hoy día, existe la posibilidad de aplicar únicamente anestesia epidural para que la mamá pueda estar despierta en el momento del parto y observar el nacimiento de su hijo. Durante la operación, no se siente dolor pero es probable que se experimente alguna sensación de tironeo.
La mayoría de los hospitales permiten que ingrese una persona con la paciente. En general es su pareja, pero también puede ser un familiar cercano o un amigo.
Las cesáreas hoy día se llevan adelante con técnicas modernas que se han ido perfeccionando con los años. Si bien es una cirugía segura, existen ciertos riesgos de complicaciones que pueden presentarse en el momento del parto o luego. Algunos de ellos son la hipersensibilidad a la anestesia, un sangrado excesivo, una infección postoperatoria y dolores agudos.
No hay razones que lo sustenten. Sí es probable que la lactancia no sea inmediata debido a la separación del bebé y la mamá al nacer y la medicación que se utiliza en el parto. En la actualidad, muchos hospitales que buscan promover la lactancia materna permiten que el bebé nacido por cesárea también pase su primera hora de vida sobre el pecho de su mamá (si es que está despierta y lo desea). Una buena asesoría previa en lactancia será además de mucha utilidad en estos casos.
Una cesárea, cuando es realmente necesaria, puede reducir los riesgos de problemas mayores tanto en el bebé como en la madre. Es importante estar entonces preparada tanto para un parto vaginal como para una cesárea y conocer a fondo qué implica cada uno para vivir el momento de la llegada del bebé de la mejor forma posible.
Fuente: VIX
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