Dentro del embarazo, pasamos por varias etapas que nos ayudan a ir conectándonos con nuestro cuerpo y con nuestra maternidad. Una de estas etapas es en la que conoces al bebé imaginario.
Sabemos lo que implica la constelación maternal; y que es natural que la identidad se redefina en torno a la maternidad. Esto es lo que nos ayudará a conectarnos con nuestro bebé y con las necesidades de este.
Nuestro bebé es real, lo sentimos y podemos percibir distintas manifestaciones de su existencia. Esto mediante las sensaciones corporales, los movimientos, los cambios que va teniendo nuestro cuerpo y la forma en la que los demás te tratan. Esta mirada externa y sensaciones internas nos hacen experimentar nuevas sensaciones y cambios de manera paulatina.
Si bien nuestro bebé es real y lo sentimos, también llevamos con nosotros la representación mental o imaginaria de nuestro bebé. La carita que tiene o tendrá. Podemos imaginar algunos gustos que compartiremos o lo diferenciarán. Características de su temperamento, etcétera.
Tanto el bebé que está dentro, como el que imaginamos, coexisten en nuestro pensamiento. Y la mayoría de las veces tienen estrecha relación. Tenemos pequeños atisbos de su rostro gracias a las ecografías. Sabemos si es activo o tranquilo por los movimientos, etcétera.
Sin embargo, hay aspectos que siempre vamos a imaginar y que lograremos identificar una vez que lo tengamos en nuestros brazos.
La experiencia de fantasear a nuestro bebé nos ayuda a ponernos en distintas situaciones y ensayar imaginariamente la interacción y las sensaciones frente a determinadas circunstancias. Nos entrega información de nosotras mismas y nos invita a explorar o buscar información frente a algunos temas que nos interesan. Poco a poco este imaginar a nuestro bebé va a ir apagándose para dar paso a quien en realidad es. Es decir, al ir terminando el embarazo vamos a tener menos representaciones imaginarias o fantaseadas para ir dando paso al bebé real.
Este puente es necesario, normal, enriquecedor y adaptativo. Es buena idea compartir nuestras vivencias con quienes nos quieren; con la familia y amigos. De esta forma podemos sentirnos acompañadas en el proceso y también podemos manifestar nuestras preocupaciones o aprehensiones; así nos sentiremos más tranquilas.
Es recomendable, de la misma manera, una comunicación fluida con nuestro médico tratante, para así poder transmitir, en caso de existir, preocupaciones o situaciones que nos dejen algo inquietas. Poder aclarar nuestras dudas o miedos con un especialista es siempre tranquilizador.
¿Imaginabas a tu bebé tal cuál era? ¿Qué característica crees que será la que más le identifique?
Escrito por: Psicóloga Varinia Signorelli
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BUENAS TARDES , estoy teniendo sensacion de un bebe imaginario, que vino desde que me he vuelto a ver con un hombre de mi adolescencia, dado que en mi enamoramiento le hubiera dado hijos , lo cual despues no fue asi, esta nueva sensacion se siente como un bebe tomando de mi pecho, ya soy mama y estoy separada. que puedo hacer al respecto.? es grave? soy muy perceptiva a toda vibracion.