Una de las molestias más típicas del embarazo, que se acentúa en los últimos meses de gestación y más especialmente durante el verano, es la retención de líquidos.
Se manifiesta como una sensación de pesadez, cansancio e hinchazón de piernas y tobillos; situación que suele incrementarse al final del día.
No debemos olvidar que dos terceras partes del peso ganado al final del embarazo es líquido; por lo que es normal que el exceso se distribuya en el organismo.
Deriva de un trastorno circulatorio debido a que el volumen de la tripa comprime los vasos sanguíneos que transportan la sangre de los miembros inferiores al corazón. Esa tensión provoca que se acumule líquido en los tejidos.
Por su parte, los cambios hormonales producidos en el embarazo y el aumento del flujo sanguíneo durante la gestación favorecen también que se produzca.
Las mujeres con trastornos renales y cardíacos son de por sí más propensas a sufrir retención de líquidos en el embarazo, favorecida por el exceso de sodio y la falta de agua.
Hay muchos consejos que podemos seguir para aliviar la retención de líquidos.
No debemos sentarnos y colocar las piernas sobre una mesilla ya que de esta forma comprimimos aún más los vasos sanguíneos. Debemos tumbarnos y elevar las piernas al menos 15 centímetros por encima del resto del cuerpo o tumbarnos en el suelo (o en la cama) y colocar las piernas apoyadas sobre una pared. Permanecer unos 20 minutos en esa posición hace maravillas para aliviar la hinchazón de piernas.
Debemos evitar salar los alimentos y eliminar los alimentos excesivamente salados como por ejemplo las patatas fritas de bolsa y los snacks. Los alimentos en conserva también deben ser eliminados pues contienen una gran cantidad de sal y sodio. Estas sustancias hacen que nuestro organismo tienda a acumular líquidos que no necesita.
Consumir frutas y verduras frescas que contienen altas dosis de potasio necesarias para regular nuestro organismo.
Al contrario de lo que pueda creerse, consumir mucha agua nos ayuda a depurar el organismo de toxinas. También podemos recurrir a zumos naturales, licuados de frutas y hortalizas, sopas o infusiones frías. Una buena hidratación ayudará a aliviar el calor y a disminuir la hinchazón del cuerpo.
En verano nos vendrán fenomenal para refrescarnos, pero además pasarnos el duchador con agua fría por las piernas dando un suave masaje hace milagros, además de tonificar. Descomprime la tensión de los vasos sanguíneos favoreciendo la circulación de la sangre y reduciendo la hinchazón.
Masajearse los pies y las piernas (o pedirle a alguien que lo haga) también es un buen remedio. El drenaje linfático se realiza haciendo un suave masaje desde los pies hacia los muslos eliminando de esta forma el estancamiento de los tejidos. Para realizarlo puedes elegir un gel refrescante a base de eucalipto y romero (si lo mantienes guardado en la nevera, mejor).
Hemos comentado muchas veces sobre los enormes beneficios del ejercicio durante el embarazo. Nadar, realizar una caminata diaria o el yoga son prácticas muy recomendables para favorecer la circulación y aliviar la retención de líquidos.
Dormir boca arriba provoca compresión de la vena cava y entorpece el flujo sanguíneo de los miembros inferiores al corazón.
Con estos sencillos trucos podrás minimizar la retención de líquidos y aliviar las molestias que esta provoca. De cualquier modo, debes consultarlo con tu médico pues si la retención es excesiva, es decir que se extiende a la cara, cuello y manos, podría ser una señal de preeclampsia, una enfermedad grave caracterizada por un aumento de tensión en el embarazo.
Fuente: Bebés y más
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