Sillas de auto: esenciales para proteger a tu hijo desde su primer viaje.
Desde el primer día, proteger a tu hijo se convierte en una prioridad. Una de las decisiones más importantes y a veces subestimadas, pero que puede marcar la diferencia en su seguridad desde el primer trayecto a la casa: la silla para auto.
En VidaCel te explicamos por qué su uso es tan importante, cómo elegir la adecuada y qué dice la ley en Chile.
Las estadísticas lo confirman: usar una silla de auto correctamente reduce en un 70% las probabilidades de fatalidad en accidentes de tránsito en lactantes y en más del 50% en niños pequeños. Esta simple medida puede ser la barrera entre un susto y una tragedia.
En Chile, la ley exige el uso de sistemas de retención infantil (SRI) adecuados a la edad, peso y estatura del menor, hasta los 12 años o 135 cm de altura. Existen diferentes tipos según la etapa del desarrollo.
● Sillas nido o huevito (0 a 13 kg).
● Sillas convertibles (hasta 18 kg).
● Butacas y alzadores (de 15 a 36 kg).
Los especialistas recomiendan mantener la silla a contramarcha el mayor tiempo posible, idealmente hasta los 4 años, ya que esta posición ofrece una protección superior para cabeza, cuello y columna.
No basta con tener una silla: debe ser segura, certificada y correctamente instalada. Asegúrate de que cumpla con normativas internacionales de seguridad y evita modelos usados o heredados, ya que podrían haber perdido eficacia, especialmente si estuvieron involucrados en un accidente.
El lugar más seguro del auto es el asiento trasero central. No obstante, si el diseño del auto no lo permite, el lugar ideal es el asiento trasero derecho (detrás del copiloto). Nunca se debe instalar una silla en el asiento delantero si el airbag está activado.
Invertir en una buena silla para auto no es un lujo: es una decisión consciente que prioriza la vida y el bienestar de tu hijo. Su uso responsable refleja el compromiso de cuidar lo más importante.
Así como preservamos las células madre al nacer para cuidar su salud futura, también creemos que la prevención comienza desde el primer viaje. Elegir, informarse y actuar son formas concretas de amor y protección.
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