Durante el embarazo, tu cuerpo cambia deprisa. Tanto que a veces resulta difícil decidir si ese nuevo dolor que sientes es “normal” o si debes llamar a tu médico o incluso dirigirte a la sala de emergencias del hospital.
Si no estás segura de la gravedad de un síntoma. O si no te sientes como de costumbre. Incluso si estás preocupada por algo. Confía en tu instinto y llama al médico. Como dice el refrán, “mujer precavida vale por dos”. Es mejor llamar que pasar horas preocupada.
Algunos síntomas pueden ser más o menos urgentes, dependiendo de en qué etapa del embarazo te encuentres y de tu historial de salud.
En tus citas prenatales de rutina, pídele a tu doctor que revise contigo los síntomas para que sepas reconocerlos. Y si tienes cualquiera de los síntomas a continuación, llama a tu médico para que te aconseje.
Empezarás a sentir los movimientos del bebé alrededor de la semana 16 del embarazo, y si notas que disminuye la frecuencia de los movimientos, eso podría significar que hay algún problema. Por eso debes avisar inmediatamente a tu médico si notas que tu bebé ha estado más tranquilo de lo normal.
Pregúntale a tu médico si debes monitorear la actividad de tu bebé haciendo diariamente un “conteo de las patadas”. El médico te puede dar instrucciones específicas de cómo contarlas y cuándo llamar.
Recuerda, sin embargo, que es normal que te salgan algunas gotitas de sangre después de tener relaciones sexuales o de que te hagan un examen vaginal.
Por ejemplo, se vuelve acuoso, mucoso o sanguinolento (incluso si solamente es rosado o tiene un leve rastro de sangre). Si estás en el tercer trimestre, ten en mente que a partir de las 37 semanas de embarazo, el aumento de la secreción mucosa es normal y puede indicar que pronto te pondrás de parto.
Dolor en la parte baja de la espalda (especialmente si este problema es nuevo para ti), dolores similares a los menstruales o dolor abdominal, o cuentas más de cuatro contracciones por hora (incluso si no duelen) antes de las 37 semanas.
Bebe un poco de agua, descansa y observa si desaparecen al cabo de una hora. Si no se alivian o se intensifican y duran más de una hora, llama a tu médico o partera.
O que orinas poco o nada. Si sientes ganas de orinar al poco rato de haberlo hecho, aunque no te salga casi nada de orina, y si tu orina se vuelve turbia, con sangre o con un fuerte olor, podrías tener una infección urinaria.
O fiebre de 38 grados centígrados (100.4 grados Fahrenheit), o más.
Acompañados de dolor o fiebre.
O trastornos visuales como visión doble, visión borrosa, nublada, con destellos de luz o con “partículas flotantes” (manchas o motas en tu campo de visión). Estos cambios podrían ser signos de preeclampsia.
O tienes dolor de cabeza acompañado de visión borrosa, dificultad al hablar o pérdida de la sensibilidad.
En la cara o alrededor de tus ojos, hinchazón pronunciada en las manos, hinchazón fuerte y repentina en los pies o tobillos, particularmente cuando te despiertas en la mañana. (La hinchazón es preocupante si al presionar con el pulgar sobre tu piel, queda una marca que permanece por varios segundos).
Fuera del aumento progresivo que ocurre en el embarazo.
Por una caída o accidente, por ejemplo.
Así como en los brazos, las piernas, las palmas de las manos o las plantas de los pies, o sientes que te pica en todo el cuerpo.
Sobre todo si es un dolor por debajo de las costillas y del lado derecho.
Si estás en contacto con alguien que tiene la gripe o tú misma muestras síntomas de gripe, llama a tu doctor. Los síntomas de la gripe pueden incluir fiebre, dolor de garganta, tos, nariz tapada o mucosidad, cansancio, escalofríos y dolores musculares. A veces los síntomas pueden incluir también vómitos o diarrea.
Para reducir el riesgo de contraer gripe, vacúnate cada otoño tan pronto como la vacuna contra la gripe esté disponible. La gripe o influenza es muy peligrosa para mujeres embarazadas.
Por ejemplo si tú o tu pareja viven en un área donde se han reportado brotes de zika o han viajado a un lugar así, comunícaselo inmediatamente a tu médico o partera. Es importante que te hagan la prueba del virus del zika, aunque no tengas síntomas de la enfermedad. La mayoría de las personas infectadas no desarrollan síntomas, pero si los tienes, los síntomas podrían incluir: fiebre, sarpullido, dolor en las articulaciones, conjuntivitis, dolores musculares y dolor de cabeza.
Si no eres inmune o si presentas síntomas de la infección, llama antes a tu doctor. No vayas a la consulta sin haber llamado primero.
Si sientes una tristeza o desesperanza profundas, tienes ataques de pánico, no puedes cumplir con tus responsabilidades diarias, o piensas en hacerte daño, llama inmediatamente a tu doctor para pedir ayuda.
Aunque no esté relacionado con el embarazo (por ejemplo: tu asma empeora o tu resfriado, en lugar de mejorar, se pone peor).
Finalmente, si ya está cerca la fecha del parto, echa un vistazo a las señales de que va a empezar el parto. De ese modo sabrás reconocer los síntomas cuando los tengas y podrás llamar a tu médico o partera a tiempo.
Llama inmediatamente al número de emergencias de tu localidad (911 si vives en Estados Unidos o México) si tienes cualquiera de los siguientes síntomas.
– Dolor en el pecho, pulso acelerado o palpitaciones.
– Tos con sangre.
– Desmayos, mareos súbitos o frecuentes, confusión mental o aturdimiento.
– Fiebre alta que no mejora después de tomar acetaminofén.
– Diarrea severa que dura más de 24 horas.
– Dolor o sensibilidad abdominal muy fuerte o persistente.
– Vómitos severos o persistentes.
– Falta de aire o dificultad para respirar.
Fuente: BabyCenter
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