La forma de la guatita de la embarazada es motivo de múltiples comentarios y especulaciones. Hay quienes creen que según su forma se puede predecir si la mujer espera un niño o una niña.
Que si es puntiaguda es niño y si es redondita, niña. Que si tienes la misma guatita que tu hermana que tuvo niña, que si la tuya es más prominente, más chata, más grande o más pequeña seguro será niño. Pero esto no es más que un mito. Nada tiene que ver la forma y el tamaño de la guatita de la embarazada con el sexo del bebé por nacer.
Es imposible conocer el sexo del bebé por otro medio que no sea científico. O bien un análisis de sangre o una ecografía, y eso si el bebé se deja ver, y no siempre con un cien por ciento de fiabilidad. Que tampoco son raros los casos en los que se esperaba niña (con nombre elegido y todo, y llegó un niño, o viceversa.
Cada embarazo es un mundo. Y cada guatita es diferente porque cada mujer es diferente. Incluso una misma mujer puede tener guatitas diferentes en cada uno de sus embarazos, independientemente del sexo del bebé.
Pero, ¿de qué depende la forma y el tamaño de la guatita de la embarazada? Hay diversos factores que pueden influir, que veremos a continuación.
El útero es un músculo, por tanto la forma y el tamaño que adquiere la panza están directamente relacionados con el tono uterino y el de los músculos que recubren el útero.
Si la mujer tiene músculos abdominales tonificados, la guatita será más plana y alta, pues estos sujetan el peso del útero a medida que el bebé crece. En cambio, si los músculos abdominales están flácidos, el útero se desvía hacia adelante y la panza se ve más salida.
Desde luego, cómo este colocado el bebé dentro de la guatita, también influye en la forma y el tamaño. Si está colocado en la parte posterior del útero, la panza abulta menos. Pero si está colocado transversalmente, entonces la guatita se ve claramente más ancha que alta. Si se pone de pie, la panza está más plana. Y si el feto se coloca cabeza abajo, parece más puntiaguda.
También tiene que ver si la mujer ha tenido o no embarazos anteriores. Con el segundo bebé, la guatita se nota antes que con el primero, y a medida que aumentan los embarazos, el músculo uterino se va distendiendo haciendo que la guatita se vea más ancha.
En los embarazos de dos o más bebés, lógicamente el tamaño de la guatita es mayor, y la forma de la guatita es más redondeada.
La ubicación y el tamaño de la placenta es otro de las factores que determinan la forma y el tamaño de la panza. Según el sitio de implantación de la placenta, la guatita puede variar de forma y verse más voluminosa.
Si está ubicada en la cara anterior del útero, es decir por delante del bebé, la panza suele ser más redondeada, mientras que si está ubicada en la cara posterior del útero, la guatita puede tener una forma más irregular.
No todas las mujeres tienen la misma cantidad de líquido amniótico. Tener polihidramnios u oligohidramnios (exceso o poca cantidad de líquido amniótico en el embarazo, respectivamente) influirá también en el tamaño de la guatita.
También hay que tener en cuenta algunas condiciones físicas de la madre. Por ejemplo, la desviación de la columna. Si tiene lordosis pronunciada (curva hacia adentro de la columna lumbar), la panza se ve más prominente.
En el caso de mujeres muy delgadas, la panza parece enorme en proporción a su delgadez, en cambio cuando hay obesidad parece pequeña pues pasa desapercibida por el volumen del abdomen.
También influye el tono de los músculos abdominales de la mujer. Cuando los músculos están más flácidos, la panza sale más. Y cuando están más desarrollados, la panza se ve más plana. En casos de obesidad la panza puede incluso pasar desapercibida.
Como ves, el tamaño y la forma de la guatita de la embarazada pueden deberse a diversos factores, pero de ninguna forma predice el sexo del bebé.
Fuente: Bebés y más
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