Los zapatos que usemos pasa a ser una cuestión muy importante a tener en cuenta durante el embarazo, pues puede ayudarnos a minimizar ciertas molestias típicas de estos meses como hinchazón de pies y tobillos, e incluso ayudarnos a evitar caídas y torceduras.
En el embarazo, se desplaza el centro de gravedad por el crecimiento de la barriga, y puede que notemos cierta cierta torpeza y despistes, lo cual puede favorecer pequeños “traspiés”.
Por eso, a la hora de elegir un buen calzado durante el embarazo, hay ciertas cosas que debes tener en cuenta.
-Usa zapatos cómodos, ni demasiado altos, ni demasiado bajos.
-Evita los tacones, especialmente si no estás acostumbrada y hacia el final del embarazo.
-Elige calzado confeccionado preferentemente con materiales naturales y transpirables; evita los zapatos de materiales sintéticos y plásticos.
-Con suela antideslizante para evitar resbalones.
-Ten en cuenta que los pies se hinchan y pueden cambiar de tamaño en el embarazo. Es posible que necesites comprar un número más del habitual, o sino, elegir calzados de horma ancha.
-Que sean fáciles de abrochar. A medida que crece la barriga te costará más atarte los cordones y lidiar con broches complicados.
Un calzado básico en el embarazo son una buenas deportivas de calidad, con plantilla acolchada y una suela estable que amortigüe bien los pasos.
En invierno, opta por los botines planos o con un tacón bajo y ancho que resulten cómodos para el día a día. Si usas zapatos más arreglados, también procura que sean tipo bailarinas o con un tacón bajo y estable.
En verano, elige sandalias de tiras anchas que no lastimen los pies, teniendo en cuenta que con el calor, los pies se hinchan aún más. Es posible que necesites una talla más. En cuanto a la altura, también opta por sandalias planas o con una plataforma estable y preferiblemente que sujeten por la parte del empeine, para evitar torceduras y caídas.
Fuente: Bebés y Más
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